El discurso del rey fue más o menos típico y sin demasiado que destacar, pero sí que ocurrieron unas cuantas cosas graciosas e interesantes que hicieron que la hora y pico de metro (sólo ida) hasta el hotel valiera la pena.

Lo primero fue el momento de la llegada de los reyes. El embajador pidió silencio, y tras repetirlo varias veces, consiguió que la gente se callara. Todo el mundo miró a la puerta esperando verles entrar y, a los cuarenta segundos, se empezaron a oír algunos murmullos. Inmediatamente después, los murmullos comenzaron a elevarse en volúmen y, antes de que se hubiera cumplido un minuto, todo el mundo estaba hablando ya a viva voz y riéndose. De hecho, hasta el embajador (que posiblemente está más acostumbrado a la disciplina japonesa) estaba sonriente. En nuestro favor, decir que finalmente los reyes se retrasaron quince minutos.
Pasaron otras cosas interesantes: me encontré con varios españoles a los que ya conocía; la comida se acabo en un pispás y todo el mundo se quedó con hambre; y al volver tras el único momento que me separé de Riku (para pelear por unos pedazos de jamón), que fue menos de dos minutos, me encontré que un español y un francés se habían puesto a hablarle y a tirarle los tejos. Como mínimo, curioso.
Sin embargo, lo que posiblemente llamará la atención a todo el mundo es que tras el discurso y durante la cuasi-cena, los reyes se bajaron del estrado y estuvieron dando la mano y charlando con la gente. Así pues, tanto Riku como yo dimos la mano al rey y la reina, e incluso hablamos un poco con Doña Sofía (no más de diez o doce frases, tampoco os creáis). Ni que decir tiene que la reina me pareció, como siempre, simpática y agradable.
Con esto termino mi resumen de la recepción. No teníamos cámara de fotos porque en teoría estaba prohibido, aunque luego me arrepentí de no llevarla. Así que tomamos las dos fotos que veis usando el móvil (también estaba prohibido tomar fotos con él, pero allí nadie se preocupaba de nada). Espero que os haya parecido interesante... ¡al menos, para mí si lo ha sido!
Lo primero fue el momento de la llegada de los reyes. El embajador pidió silencio, y tras repetirlo varias veces, consiguió que la gente se callara. Todo el mundo miró a la puerta esperando verles entrar y, a los cuarenta segundos, se empezaron a oír algunos murmullos. Inmediatamente después, los murmullos comenzaron a elevarse en volúmen y, antes de que se hubiera cumplido un minuto, todo el mundo estaba hablando ya a viva voz y riéndose. De hecho, hasta el embajador (que posiblemente está más acostumbrado a la disciplina japonesa) estaba sonriente. En nuestro favor, decir que finalmente los reyes se retrasaron quince minutos.
Pasaron otras cosas interesantes: me encontré con varios españoles a los que ya conocía; la comida se acabo en un pispás y todo el mundo se quedó con hambre; y al volver tras el único momento que me separé de Riku (para pelear por unos pedazos de jamón), que fue menos de dos minutos, me encontré que un español y un francés se habían puesto a hablarle y a tirarle los tejos. Como mínimo, curioso.
Sin embargo, lo que posiblemente llamará la atención a todo el mundo es que tras el discurso y durante la cuasi-cena, los reyes se bajaron del estrado y estuvieron dando la mano y charlando con la gente. Así pues, tanto Riku como yo dimos la mano al rey y la reina, e incluso hablamos un poco con Doña Sofía (no más de diez o doce frases, tampoco os creáis). Ni que decir tiene que la reina me pareció, como siempre, simpática y agradable.
Con esto termino mi resumen de la recepción. No teníamos cámara de fotos porque en teoría estaba prohibido, aunque luego me arrepentí de no llevarla. Así que tomamos las dos fotos que veis usando el móvil (también estaba prohibido tomar fotos con él, pero allí nadie se preocupaba de nada). Espero que os haya parecido interesante... ¡al menos, para mí si lo ha sido!
3 comentarios:
¡Que guapos los dos!Aquí la noticia está en todos los telediarios.Mañana vendrá en los periódicos.Guarda las fotos, que serán Historia, pues aquí se está dando mucha importancia a esta visita.
HOLA.Aqui dicen que los Reyes se reunieron con una representación de los 2.000 españoles que residen en Japón...o sea que no invitaron a todos,,,,
¿No será que en Japón sólo hay 2000 españoles?
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