viernes, 9 de octubre de 2009

El aeropuerto de Seúl

Como algunos ya sabéis, a partir de mañana estaré de nuevo de viaje durante dos semanas. En esta ocasión el país afortunado que contará con mi distinguida presencia no es otro que Arabia Saudita, al que voy a no trabajar como product manager.
De no ser por esta interrupción, hoy empezaría una serie de entradas con vídeos y anécdotas sobre el viaje de Bali. Sin embargo, creo que es mejor empezar a compartir mis hazañas una vez que vuelva y esté más tranquilo.
El post de hoy lo voy a dedicar a las seis, y lo repito, SEIS, horas que tuvimos que esperar Riku y yo en el aeropuerto de Seúl en nuestro viaje hacia la pequeña isla de Indonesia. Y seis horas suena a "pufffff, que coñazo". Pues no. Resulta que al final nos dio pena tener que irnos.
El culpable de que el tiempo se pasara volando no fue el "Korea tradicional cultural experience center" (centro de experiencia cultural coreana). La experiencia en cuestión consistía en pintar una flor en un abanico de papel, utilizando una impresionante gama de colores (cuatro o cinco). Os podéis imaginar que para gente culta y sofisticada como Riku y yo esta actividad supuso tal excitación que la realizamos ¡dos veces! Como resultado tuvimos cuatro abanicos. ¿Adivináis qué dos pintó Riku y qué dos pinté yo?

En medio de pintar y pintar abanicos fuimos a comer a un restaurante coreano. Allí nos pedimos una variante de bibimbap, un plato muy típico en Corea, con arroz, verduras y huevo. Picante. Muy picante. Posiblemente, la comida más picante que he comido en mi vida, si no tenemos en cuenta las veces que he probado una guindilla a pelo.

Tras cuatro cucharadas la boca me estaba ardiendo. Afortunadamente, a medida que el plato se enfriaba también se volvía menos picante, y al final nos lo pudimos terminar. Eso sí, me bebí seis vasos de agua (afortunadamente, al igual que en Japón, el agua es buena y gratis).

Con esto termina mi irrelevante relato del aeropuerto de Corea. Había otra actividad que era vestirse con ropas tradicionales coreanas, pero no nos dimos cuenta hasta el final y no nos dio tiempo. ¡Quizá la próxima vez que vaya en un viaje de bajo coste!

2 comentarios:

Rosa María Dominguez dijo...

¿Cuándo empiezas a escribir un libro?Puedes empezar contando tu vida y ya tienes materia para dos tomos.Yo te veo pintando muñequitos soldado que a Juanito le han gustado mucho (ya están en sus cajas) pero los abanicos han quedado preciosos.Los de Riku un "poquitin" mejor.Me quedo con todos.Un beso

MAY dijo...

LOS TUYOS LOS AMARILLOS!!!! que buena pinta la comida!!!!!!! y los que tienes delante son los vasos de agua???je, je, je